martes, 2 de octubre de 2012

La Neurociencia y el hecho educativo

NEUROCIENCIA Y LA FÍSICA CUÁNTICA EN SITUACIONES DE APRENDIZAJES
 

     La neurociencia señala que cada cerebro es único e irrepetible, puesto que cada persona nace con un alambrado particular, sin embargo, éste posee una estructura común a todos los humanos; el cual es moldeado por la experiencia. (Salas, 2008). Esa  diferencia neurobiológica se puede observar en la conducta personal, social y profesional de cada ser humano.  A este aspecto se le denomina estilo.

      Según Santos y Doval, (1993, citado por Salas, 2008) el estilo se relaciona con el conocer (¿Cómo sé yo?),  con el pensar (¿Cómo pienso?),  con el afecto (¿Cómo siento y reacciono?) y con la conducta (¿Cómo actúo?). Lo cual puede estar influenciado por factores genéticos o de historia personal. De acuerdo a lo anterior, cada persona tiene un estilo particular de percibir,  procesar la realidad y de representarla mentalmente.
     Por su parte, cada hemisferio cerebral tiene su especialidad y su estilo en el procesamiento de la información, pues se considera al hemisferio izquierdo como verbal y su proceso de captación lo hace de una manera serial y analítica, mientras que el derecho es más visual y sensitivo. No obstante, el izquierdo también percibe lo visual pero de una manera más detallada, mientras que, el derecho lo hace de una manera global. (Soriano, Guillazo y otros, 2007).
     Según lo expuesto, se puede apreciar una dicotomía donde izquierdo – analítico y derecho – holístico. No obstante, las funciones de un hemisferio no son excluidas en el otro, ya que las diferencias entre ambos están dadas en cuanto a la cuantificación y no en la ausencia de funciones dentro de las cuales cada hemisferio se especializa.
    En consecuencia, cualquier actividad cognitiva compleja de la vida cotidiana requiere del uso de las funciones básicas, como el lenguaje, la percepción de las emociones, etc.,  lo que conlleva de manera inminente al uso simultáneo de los dos hemisferios.
     Por otra parte, Alcaraz y Gumá (2001),  señalan que aunque existe una especialización funcional de los hemisferios cerebrales, basado en estudios realizados a individuos normales, resulta difícil encontrar resultados claros, debido a que se presenta una gran comunicación entre ambos hemisferios a través de las comisuras cerebrales que permiten que la información pase de un lugar a otro en cuestión de milisegundos.
     Los autores antes mencionados, consideran que el cerebro del varón funciona de manera más específica mientras que, el de la mujer lo hace de manera más global, utilizando estrategias de ambos hemisferios para procesar todo tipo de información. Lo anterior implica que, la mujer establece con mayor facilidad una conexión entre los códigos verbales y emocionales.  
     Cabe anotar, que cada individuo tiene una tendencia particular de intercomunicarse con el mundo exterior, ya  que algunos se inclinan por un canal sensorial específico, es así, como algunos son más visuales que auditivos; otros más quinestésicos  que táctiles. Dicha tendencia de preferir un sentido más que otro, en una situación problemática o de estrés, conlleva a la utilización de una estructura del cerebro o la inclinación hacia la utilización de uno de los dos hemisferios, a esto se le denomina dominancia cerebral o estilo cerebral. (Salas, 2008).
     Algunas teorías afirman que existen dos estilos cognitivos diferentes, de la cual cada hemisferio cerebral toma su parte, es así, como los individuos que son “derechos” serán más visuales, holísticos o sensibles a las emociones, mientras que los “izquierdos” serán más verbales y analíticos. (Soriano, Guillazo y otros, 2007). Asimismo, se considera que el hemisferio derecho aporta una mayor creatividad al ser humano.


 CONCEPTO DE FÍSICA CUÁNTICA

 
La física cuántica, también conocida como mecánica ondulatoria, es la rama de la física que estudia el comportamiento de la materia cuando las dimensiones de ésta son tan pequeñas, en torno a 1.000 átomos, que empiezan a notarse efectos como la imposibilidad de conocer con exactitud la posición de una partícula, o su energía, o conocer simultáneamente su posición y velocidad, sin afectar a la propia partícula (descrito según el principio de incertidumbre de Heisenberg).
No podemos hablar del ser humano como materia sin mencionar lo que la física cuántica influye en él, y por otro lado dejar de mencionar las ondas y las partículas, ya que son parte del él mismo como ser, éstas son las transmisoras de la energía que todo ser humano irradia desde su ser, Las partículas intercambian energía en múltiplos enteros de una cantidad mínima posible, denominado quantum (cuanto) de energía. La posición de las partículas viene definida por una función que describe la probabilidad de que dicha partícula se halle en tal posición en ese instante. Por tal motivo daremos una breve explicación de lo que podemos definir como partícula y ondas.
Partículas y ondas
Por partícula se entiende un objeto real identificado en forma de punto, con una posición determinada. También puede representarse como trayectoria en una sucesión de puntos. Por onda o campo se entiende no el movimiento de la materia, sino “en” la materia, como es el caso de las olas del mar. Las ondas son por definición transmisoras de energía. La física clásica entendía que estos conceptos agotaban la noción de realidad, pero una serie de experiencias derivadas de la así llamada catástrofe ultravioleta (1880), llevaron a establecer (Schrödinger, 1926) que las partículas, en realidad, no son sino ondas agrupadas en paquetes que emergen a los ojos del observador como partículas puntuales.
La gran constatación es que las ondas y partículas que componen el universo cuántico intercambian su naturaleza constantemente, siendo ondas por la mañana y partículas por la tarde, o viceversa. Además, se comunican entre sí a pesar de las enormes distancias infinitesimales que las separan y recorren el tiempo en las dos direcciones: hacia el pasado y hacia el futuro.
FÍSICA CUÁNTICA APLICADA A LA ESPIRITUALIDAD.

Después de haber realizado una breve definición y explicación de lo que es la Física Cuántica, estamos en la disposición de ver como ésta se aplica en la espiritualidad,  desde los argumentos de la ciencia materialista y se construye a partir de una visión de la realidad basada en los siguientes puntos:
  • Determinismo: El universo es una máquina que funciona como un reloj. Todos los objetos están fielmente limitados por sus condiciones iniciales de posición y velocidad y por las fuerzas que actúan sobre ellos, por lo que conociendo estos factores es posible predecir su comportamiento posterior.
  • Continuidad: Todo movimiento o cambio es continuo, se desarrolla a lo largo del espacio y el tiempo de forma constante. Es decir, un objeto no puede desplazarse de un punto a otro sin haber recorrido los puntos intermedios que separan ambos extremos.
  • Objetividad: La realidad es independiente de nosotros. La manera en que observamos el mundo no le afecta en su desarrollo determinista.
  • Materialismo: Todo es reducible a un origen material. Todo está hecho de partículas elementales.
  • Epifenomenalismo: Lo subjetivo surge de lo objetivo en una escala ascendente. Las partículas elementales forman átomos, los átomos forman moléculas, éstas conforman células vivas, las células forman el cerebro, los “juegos” del cerebro crean la conciencia.
  • Localidad: Los procesos de causa y efecto son locales. La acción de un objeto se propaga mediante una velocidad finita hasta afectar a otro objeto. Es decir, las acciones simultáneas a distancia son imposibles.

Estos conceptos, nos aclaran la realidad de la física cuántica y su influencia en el ser humano como materia dentro de un espacio y un tiempo, y esto nos lleva al descubrimiento de una nueva realidad en el estudio de los átomos:
  • Indeterminación: Los objetos cuánticos sólo ofrecen posibilidades, no certezas. No se puede predecir su desarrollo posterior, sólo establecer las probabilidades de que ocurra un fenómeno u otro. Así, podemos decir cuáles son las opciones de que un electrón esté aquí o allá en un momento determinado, pero no cuál será su posición exacta.
  • Salto cuántico: La materia cambia de nivel sin recorrer los niveles intermedios que separan el origen y el destino. En los átomos, los electrones que giran alrededor del núcleo cambian de una órbita a otra sin recorrer físicamente el espacio que las separa. Desaparecen y aparecen.
Cuando la conciencia se asocia a cada sujeto particular, sus elecciones van siendo determinadas por cada experiencia que vive: los recuerdos. Al enfrentarnos a un suceso por primera vez, no hay recuerdos que determinen la capacidad de elección y la conciencia elige libremente, pero posteriormente esos recuerdos determinan las probabilidades de cada elección. Es lo que se llama memoria cuántica.
Es decir, el cerebro responde a cada estímulo con una superposición cuántica de posibilidades. Todas las opciones son posibles para ser elegidas, y la conciencia colapsa una de esas posibilidades. Pero las probabilidades matemáticas para elegir cada posibilidad se van concretando según se acumulan experiencias y respuestas previas, pues la conciencia acude a esa memoria cuántica de cada sujeto para decidir.
Podemos entender mejor el proceso si pensamos en términos de consciente y subconsciente. Nosotros elegimos según el primero, pero en realidad es el subconsciente (la conciencia única) el que ya tiene una respuesta elegida de antemano.
La energía del cuerpo, nos la da el espíritu que mora en nosotros, el cual es inmortal y eterno, es materia ya que esta compuesto por átomos y el átomo tiene masa en su núcleo, por lo tanto el comprenderlo como físico nunca se podrá hacer, porque esta fuera de esta realidad elemental en que vivimos, solo "DIOS" puede hacerlo.
 Conclusiones:
La física cuántica describe la materia como ondas de posibilidad. Podemos explicar esta idea si imaginamos las ondas que se forman en el agua. Un electrón en un estado original, sin observador de por medio, actuaría como esa onda, localizándose en todos los puntos que recorre la onda. En el momento en que esa onda es observada, colapsa en una partícula en un punto concreto. La onda de posibilidad no puede ser vista, puesto que cualquier intento por observarla influye sobre ella. El electrón adquiere entonces una de las múltiples posibilidades que tenía como onda y se concreta como partícula.  Así, los objetos cuánticos son ondas de posibilidad, pero cuando los observamos colapsan en una partícula concreta.
Cuando hablamos de indeterminación de un objeto cuántico, nos referimos a la imposibilidad de definir su trayectoria, debido a que posee múltiples posibilidades iniciales. Sin embargo, como hemos visto, sí existe determinación cuando el objeto es sometido a una observación, pues ésta establece una elección, o sea, el sujeto determina qué posibilidad de entre todas las iniciales adquiere realidad en ese momento.

Así, vemos que nuestra naturaleza es un juego entre creatividad y condicionamiento. La capacidad creativa con que nacemos se reduce según acumulamos experiencias y las probabilidades matemáticas de nuestras elecciones se van definiendo de manera cada vez más marcada.
El ser humano como ser pensante y consciente de sus actos actúa como lo diría Newton en una de sus leyes, “por inercia”, en ocasiones es dejado llevar por las acciones que día a día realiza en su quehacer diario, sin dejar de percibir que esto lo lleva a ser una materia más que esta ocupando un lugar en el espacio circundante, conociendo que la materia emerge energía la cual es transmitida por las partículas y transportada a través de las ondas, todo ello nos lleva a hablar del hombre como un ser espiritual, que busca respuesta en ese mundo en el que vive en un ser superior llamado “DIOS”.
BIBLIOGRAFÍA
Alcaraz y Gumá. (2001). Texto de neurociencias cognitivas. Editorial El Manual Moderno. México.
Navarro, (2008). Cómo diagnosticar y mejorar los estilos de aprendizaje. Primera edición, editorial Asociación Procompal. España.
Neurociencia aplicada a la educación. Estimulando ambos hemisferios. http://www.econo.unlp.edu.ar/uploads/docs/e_news_febrero_2009a.pdf  tomado el 4 de septiembre del 2012.
Salas, Raúl. (2008). Estilos de aprendizaje a la luz de la neurociencia. Primera edición, editorial Cooperativa Magisterio. Bogotá, Colombia.
Soriano, Guillazo y otros. (2007).  Fundamentos de Neurociencia. Primera edición, editorial UOC, Barcelona.

Willis, (Sf.). Neurociencia y educación: El placer de aprender relacionando experiencias. http://www.eliceo.com/destacados/neurociencia-y-educacion-el-placer-de-aprender-relacionando-experiencias.html  tomado el 4 de septiembre del 2012.


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